Después de conversar con Chef Lulú y escuchar su inspiradora historia —una historia de valentía, identidad cultural y compasión— supe que tenía que visitar Casa Borinqueña. No se trata solo de un restaurante: es un homenaje vivo a Puerto Rico, a sus raíces y a su sazón en una propuesta 100 % a base de plantas.

Desde que crucé la puerta, sentí que estaba aterrizando en la isla. La decoración está llena de detalles que hablan por sí solos: productos auténticos de la tierra boricua, colores vibrantes, banderas, tes puertorriqueños, utensilios tradicionales. Cada rincón respira orgullo cultural y calidez, como si entraras a la cocina de una familia puertorriqueña que te recibe con los brazos abiertos.

El nombre “Borinqueña” proviene de Borikén, el nombre original en taíno de la isla de Puerto Rico antes de la colonización española. Borikén significa “la gran tierra del valiente”, en referencia al pueblo taíno que habitaba la isla. Con el tiempo, palabras como boricua y borinqueña se convirtieron en expresiones de orgullo cultural y de conexión con las raíces puertorriqueñas. Al llamar a su restaurante Casa Borinqueña, Chef Lulú eligió honrar la herencia indígena y reafirmar una identidad cultural viva, fuerte y resistente.

El menú es tan variado como tentador, con versiones veganas de clásicos que muchos pensaban imposibles de recrear sin carne. Decidí probar varios platos y cada bocado fue increíble:

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  • Pinchos: de “pollo” BBQ hecho a base de soya. Tenían notas dulces y ácidas perfectamente equilibradas, con el sabor ahumado tan característico de los pinchos callejeros de Puerto Rico.
  • Pastelillo de Beyond Meat: dorado, crujiente por fuera y jugoso por dentro, con el sazón tradicional bien presente.
  • Pastel de Beyond Steak: ese balance dulce y salado, con plátano maduro y proteína vegetal.
  • Arroz con gandules: cargado de sabor gracias al sofrito y al alcaparrado, una explosión de sabor.
  • Plátano frito: dorado y crujiente, con ese sabor dulce y reconfortante que siempre acompaña a los platos boricuas.
  • Alcapurria: con masa perfectamente sazonada y frita a la perfección, con un relleno sabroso que captura la esencia de este clásico callejero.
  • Yucas fritas con “cerdo” de hongos: los hongos me sorprendieron con su textura firme y su sabor ahumado profundo —una interpretación creativa y deliciosa del pernil tradicional.
  • Salsa Mamá: intensa, especiada, con un balance perfecto de acidez… la estrella de la mesa, elevando cada plato.

Y como cierre perfecto, un tres leches de coco que fue una revelación: cremoso, húmedo y ligero, con un dulzor equilibrado y una textura aterciopelada que no empalaga.


En cada plato se nota el amor y la técnica. No hay improvisación: hay intención. Chef Lulú transforma ingredientes y percepciones —demostrando que la comida puertorriqueña puede mantenerse fiel a su sazón sin depender de productos animales.

Casa Borinqueña es más que restaurante vegano, es un viaje a Puerto Rico a través de la memoria, el sabor y la cultura. Es un espacio que honra la tradición con creatividad y compasión, y que da la bienvenida tanto a quienes comen vegano como a quienes simplemente aman la buena comida.


Después de disfrutar esta experiencia llena de sabor y cultura, tuvimos la oportunidad de conversar directamente con Chef Lulú. Su historia es tan poderosa como su cocina: una mezcla de amor por sus raíces, compromiso con los animales y creatividad culinaria. Te invitamos a leer nuestra entrevista completa con la chef: Chef Lulú: Sazón y tradición a base de plantas

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Casa Borinqueña – Filadelfia
2557 Amber Street, Philadelphia, PA 19125

Casa Borinqueña – San Francisco
6200 3rd St, San Francisco, CA 94124

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